Hasta el momento, este es el grupo mayor que aquí se describe porque, aparte de las verdaderas Tradescantias —que recibieron el nombre de John Tradescant, jardinero real de Carlos 1 de Inglaterra—, se cultivan muchas plantas emparentadas con ellas. Además, también hay otras plantas con las que no tienen ninguna relación pero que crecen adoptando un aspecto muy similar y necesitan prácticamente las mismas condiciones. Las Tradescantias, desde luego, son conocidas a veces como judíos errantes, pero estos mismos nombres con frecuencia se aplican indiscriminadamente a otros miembros del grupo. Ninguna de estas plantas resulta muy difícil de cuidar, y todas ellas necesitan luz, una temperatura aproximada de 13°C y humedad sin llegar a la saturación. Hay que alimentar- las con regularidad una vez que han arraigado bien y a la hora de multiplicarlas es necesario plantar varios esquejes en cada maceta. El judío errante inicial es la Tradescantiafluminensis, con sus delicadas manchas plateadas, pero hay muchos otros tipos; entre ellos, una variedad «Golden». Incluso entre las plateadas hay plantas superiores, tales como Tradescantia «Quicksilver».
Hay también plantas que presentan un colorido predominantemente dorado, rosa y púrpura tirando a marrón, como es el caso de T. «Purpurea» (también llamada Zebrina purpusii). El problema fundamental que presenta el crecimiento de cualquiera de estas plantas es mantenerlas atractivas y sanas. Muchas pierden su lozanía y su orden simplemente a causa de la vieja creencia en que si se las deja a su aire conservan mejor su variegado colorido. No es así. Colocándolas en buena posición, con luz, y alimentándolas y plantándolas bien, no dan más que alegrías. ¿Qué hacer con las hojas verdes que pueden aparecer? Cortarlas tan pronto como salen; sólo hay que dejar crecer el folleje más atractivo. Entre los parientes próximos de las Tradescantias, Zebrina pendula tiene las hojas ligeramente más anchas que T. «Purpurea» y presenta un tallo corto que une a las hojas al tronco, mientras que las auténticas Tradescantias carecen de él. Constituye un perfecto ejemplo de planta «barata y alegre» y realmente desempeña muy bien el papel de ejemplar de interior en todo tipo de lugares. El envés de sus hojas es púrpura y el color del haz puede variar considerablemente según las condiciones de crecimiento.
Las hojas
Las hojas de plantas realmente sanas poseen un agradable matiz plateado. También perteneciente a la misma familia, Commelina benghalensis tiene unas hojas carnosas de un color verde-gris pálido con franjas y los bordes blancos, mientras que Cyanofis somaliensis es una rastrera pequeña con un follaje hueco, hirsuto. Las hojas presentan un verde brillante con pequeñas manchas púrpura. Por otra parte, Callisia elegans (Setcreasea striata) posee hojas verde oliva con unas franjas muy atractivas y es compacta y de aspecto aseado. Los enveses de las hojas son púrpura y tiene unas insignificantes flores blancas. Un césped que a menudo es confundido con una Tradescantia es Oplismenus hirtellus variegatus (también llamado Panicum variegatum). Puede invadir mucho espacio, de modo que con emplear un poco en seguida llenará el área que se le haya destinado. Sus hojas delgadas y estrechas presentan unas atractivas manchas blancas con algo de rosa. La hierba gatera, Glechoma hedetacea variegata (también conocida como Nepeta o hierba terrestre) deja un olor desagradable cuando se toca, pero es una planta muy útil para extenderla bajo el entablamiento del invernadero, sobre los bordes del mismo, o para confeccionar una bella cesta colgante. Lo que crezca desordenado puede ser podado.