Las plantas en el lugar de trabajo

La utilización de las plantas de interior está hoy en día cada vez menos limitada al hogar. Se ha extendido muchísimo el empleo de las plantas vivas y las flores para el embellecimiento de oficinas, hoteles y casi todos los edificios públicos. Ya sea como resultado de la actuación aislada de una secretaria que intenta alegrar su entorno con una maceta, o por la política deliberada de una compañía para realzar el hall de entrada al prestigioso edificio de sus oficinas con una elaborada composición de plantas, la verde invasión ha alcanzado con fuerza al mundo comercial. De forma bastante sorprendente, ha llegado incluso al mundo industrial y, según van mejorando las condiciones de las fábricas, cada vez se adornan más con vegetación.

Las razones son múltiples, pero la sensación de reposo que proporciona el verdor natural y la capacidad de las plantas para romper y contrarrestar las líneas rígidas de los modernos edificios de oficinas y de su mobiliario encabezan, sin duda, la lista. A medida que los empresarios van dándose cuenta de hasta qué punto trabajan mejor sus empleados en un ambiente agradable —e incluso embellecido— las plantas de oficina dejan de ser un lujo «de prestigio» y se convierten en una necesidad psicológica. Lo que es más, pueden tener importantes funciones utilitarias, al actuar como pantallas y agradables divisiones en las áreas abiertas de las oficinas.

Elección de las plantas para la oficina

La primera regla que se ha de seguir en la adquisiciónde plantas de oficina es la de elegir ejemplares adultos en tiestos como mínimo de unos 15 cm. Estas arraigan en el nuevo ambiente mucho mejor de lo que lo harían en tiestos muy pequeños las plantas jóvenes (que tienen una elevada tasa de mortalidad en las condiciones que reinan en los locales de oficinas). En segundo lugar, deben evitarse las plantas que prefieran condiciones de frío, como Cissus antarctica y las hiedras. En el otro extremo, los geráneos (Pelargoniums) prosperan con calor y pueden soportar una sequedad considerable; no necesitan, sin embargo, demasiada luz. Para distribuciones más grandiosas se crean a menudo agrupaciones variadas de plantas de interior, pero en las áreas altas y espaciosas se logra el mismo efecto con la utilización de grandes ejemplares en solitario o de grupos de varias plantas de una sola clase. Grandes Schefflera actinophilla, Monstera deliciosa, Philodendron hastatum y —donde se desee una planta grande de hábitos más invasores— Philodendron bipinnatjfidum, se cuentan entre las mejores. Cuando se disponga de Pandanus veitchii y Pandanus sanderi, resultan también soberbias colocadas en un espléndido aislamiento; pero tienen las hojas malignamente aserradas, así que deben colocarse fuera de los sitios de paso. Sansevieria trfasciata laurentii puede resultar de gran efecto para formar grupos de una sola especie si se agrupan juntas unas cuantas plantas adultas con hojas de un metro o más de altura.

Muchas de las Dracaenas de mayor crecimiento se utilizan de igual modo y las hojas puntiagudas de Dracaena marginata resultan muy elegantes en áreas bien iluminadas. Si es posible, deben elegirse plantas de alturas variadas; los ejemplares con cimas ramificadas son particularmente vistosos. Cuando se proyecten plantaciones mixtas, recuérdese que una mezcolanza de plantas diferentes pocas veces resulta tan elegante como el mismo recipiente plantado con menos ejemplares más adultos: tres o cuatro ya crecidos serán suficientes, normalmente, para crear un efecto sorprendente. Para hacer, por ejemplo, una composición sencilla en un recipiente de 70 cm. de diámetro, se necesitará poco más de un Ficus benjamina de 1’20 m, una Sansevieria trifasciata laurentii de 60 cm y una Fatsia japónica de unos 30 cm de altura. Esta última es una de las plantas de interior más utilizables y duraderas. Para llenar el espacio de alrededor de la base con otras plantas se utilizan también mucho Chlorophytum capense variegatum (C. comosum; cintas), pero lo mejor es incluir dos o tres ejemplares para lograr el mismo efecto. Naturalmente, existen diversas variantes posibles para la disposición de las plantas en recipientes. Lo más importante es asegurarse de que la composición tiene un aspecto bien equilibrado y que los tamaños y alturas de las plantas están proporcionados con las dimensiones de la cubeta o jardinera.