Las plantas en el diseño de interiores

Un interior sin verdor vivo es como una carne sin sal o sin especias: puede servir para su finalidad fundamental, pero resulta insulso y desalentadorLas plantas aportan vitalidad y estímulo visual a una habitación. Sirven mucho más que como adornos, gracias a la nueva dimensión que añaden con su vida y crecimiento, su carácter siempre cambiante y sus sutiles variaciones de tono y textura. Pero la incorporación de plantas a un proyecto de diseño de interiores es un aspecto de la jardinería de interior tan exigente como apasionante.

Como tabiques de división o pantallas, o como puntos centrales en la decoración de un interior, las plantas se convierten en parte integrante del conjunto visual, subrayando o modificando los rasgos arquitectónicos existentes. Por eso es esencial tener en cuenta las características tanto de la planta como de la habitación para sacar el mayor partido posible de ambas.

Normas de diseño

Son muchas las variedades de plantas que pueden utilizarse eficazmente en el diseño de interiores; la elección final depende de la imaginación e inspiración del jardinero y de la posibilidad de compaginar las condiciones existentes con las necesidades de las plantas. Sin embargo, es una buena idea tomar en consideración algunas normas básicas antes de salir de compras. Las plantas de follaje cuya apariencia no cambia radicalmente de una estación a otra suelen ser las más idóneas como plantas permanentes. El porte, la forma de la hoja y la textura han de ser, además, característicos para que la planta cree un efecto definido. También las podas, recortes y cuidados generales necesarios deben tenerse en cuenta cuando las plantas estén permanentemente a la vista en el salón. Igual que los muebles bonitos, sólo presentarán su mejor aspecto cuando se las cuide debidamente y se mantengan en buenas condiciones. La relación entre el tamaño de la planta y de la habitación en la que se cultiva es de gran importancia. Un Ficus benjamina (ficus llorón) completamente crecido puede empequeñecer el recibidor de una casa de campo; un helecho aislado no añade nada a un interior moderno espacioso y abierto. La armonía de la forma de las hojas y el porte de las plantas con el estilo arquitectónico es otro factor que ha de tenerse en cuenta. Las habitaciones tradicionales requieren normalmente plantas con follaje comparativamente delicado: Rhoicissus rhomboidea y helechos, por ejemplo.

En cambio, los interiores espaciosos, de techos altos, constituyen con frecuencia marcos adecuados para grandes plantas tropicales, tales como las Dracaenas. También pueden distribuirse atractivamente en los interiores modernos las plantas de hoja menuda, pero las líneas rígidas de la arquitectura contemporánea proporcionan un marco ideal para las variedades tropicales de hojas distintivas, tales como Monstera deliciosa (philodendron de hoja hendida) y Ficus elástica (higuera cauchera). La mayor parte de las plantas presentan su mejor apariencia contra fondos lisos, pero las variedades con hojas de forma pronunciada pueden colocarse sobre paredes con motivos, siempre que exista un contraste definido entre el tamaño de las hojas y estos motivos. Las hojas de Schefflera actinophylla suavizarán el amaneramiento de un papel pintado de dibujo pequeño; el delicado follaje de una esparraguera contrasta positivamente con los dibujos grandes, abstractos. No se intente nunca disponer una planta de coloridos vivos o de hojas con dibujos contra un revestimiento mural igualmente atrevido; el efecto sería un completo caos visual.

Utilización para un fin concreto

Los interiores de planta abierta son frecuentes en las casas modernas, y las plantas de interior pueden utilizarse eficazmente para separar las distintas áreas de vivienda. Hay plantas sueltas —Ficus benjamina, por ejemplo, o trepadoras como Philodendron o Rhoicissus rhomboidea entutoradas en cañas— que son capaces de crear una división óptica y resultan especialmente adecuadas cuando hay que separar, por ejemplo, el área de comer del área de estar en un salón comedor. Las plantas que se utilicen para este fin deben ser grandes, pero no desparramadas. Como alternativa, las plantas pueden entutorarse sobre tabiques o biombos. Un espécimen ligero —una hiedra (Hedera) de hoja menuda, por ejemplo— establecerá una continuidad óptica entre las áreas en las que se encuentra, mientras que una planta más densa, como un Philodendron, creará una separación más completa. Esta última podría utilizarse en un dormitorio para distinguir la zona de dormir del área de estar. Las plantas pueden trepar desde el nivel del suelo o caer en cascada desde un recipiente colocado en lo alto del tabique. Las jardineras a nivel del suelo que albergan un grupo de ejemplares variados definen las distintas áreas de un interior sin restarle espaciosidad. Su uso está especialmente indicado en las casas más pequeñas; por ejemplo, para aislar el área de entrada si una puerta principal abre directamente sobre el salón, o para dividir el salón del comedor. El contraste entre el porte y la forma de las plantas de interior con las líneas dominantes de un interior puede alterar la escala de una habitación. Un techo alto con vigas, por ejemplo, «se baja» suspendiendo de éstas cestos colgantes (pág. 128). Y una Monstera deliciosa o Philodendron desparramada suavizará las lineas verticales, haciendo que un interior de paredes altas parezca más compacto.