Empleando cestos colgantes pueden cultivarse atractivas plantas en los lugares más insólitos: colgados del dintel de una puerta, de soportes de lámpara, de las vigas de un patio, suspendidos en una galería acristalada, en invernaderos en sótanos y en lugares sombríos, y en algunos casos, incluso en porches, vestíbulos y cuartos de estar. Esta disposición permite el cultivo de flores al nivel de los ojos, sin que quite espacio en un pequeño balcón o azotea ajardinada. Existen diversas clases de cestos para colgar: de alambre, plástico, madera o barro. En todos los casos es vital la conservación de la humedad. Los cestos de alambre, en particular, se secan rápidamente cuando el tiempo es caluroso, o hace viento. Tampoco hay que caer en el extremo de anegar las plantas, que se pudrirían. Los recipientes de lados sólidos deben ir provistos de agujeros en el fondo.
Cuestiones que conviene recordar
Conviene sujetar todos los cestos a ganchos fuertes y comprobar que las cadenas se encuentran en buenas condiciones. Hay que regarlos con regularidad, bien sea introduciéndolos en una cubeta de agua o con una regadera pequeña. De vez en cuando conviene aplicar abono líquido. Aunque las plantas ideales son las rastreras, también se puede experimentar con otras plantas. Las que más derechas crecen, se comportan de una extraña manera en el aire. Las ramas caen al principio pero luego echan tallos laterales dirigidos hacia arriba. Debido a su condición tan expuesta, los cestos no se deben colgar al exterior donde haya peligro de heladas. Si fuera posible, conviene prepararlos de antemano. Los cestos de alambre se revisten de musgo, colocando un plato en el fondo para retener la humedad. Como alternativa, puede forrarse por dentro el cesto con plástico verde, aunque resulta menos atractivo, o también se pueden combinar ambas cosas, primero una fina capa de musgo y luego plástico. El plástico deberá ir siempre perforado con algunos agujeros para drenar el exceso de humedad tras las fuertes lluvias. Para plantar se emplea una mezcla de cultivo a base de turba que retiene la humedad meior que las arenosas. La mezcla deberá estar húmeda, pero no anegada, y se le añade un poco de carbón para mantenerla fértil. Mientras se rellena, conviene colocar el cesto sobre un cubo. Si se van a insertar plantas entre los alambres, hay que hacerlo antes de llenar el cesto de tierra.
Cómo se planta un cesto colgante
Para conseguir un atractivo cesto colgante se debe confeccionar con rastreras cerca del borde y una planta frondosa en la parte superior. Cuando se trate de recipientes de alambre o relilla, se pueden sacar algunas de las plantas a través de los costados. Este cesto de pared arriba se plantó según estos principios con gitanilla y Hellchrysum de plateadas hojas.